Parlamento Veracruz.
Juan Javier Gómez Cazarín.
Sin solidaridad social habría sido imposible construir la civilización. La suma de manos a la obra en beneficio del bien común permitió a los primeros humanos salir de la edad de piedra, superando los desafíos de su entorno.
Nuestras comunidades originarias tenían bien arraigada esa cultura: construir una casa, celebrar una boda, asistir a un parto, cuidar a un enfermo, sepultar un difunto: La regla no escrita era colaborar todos, de buena gana, con el mejor espíritu de contribuir y con la certeza de sentirse abrigado por el colectivo cuando le llegara la hora de necesitar esa ayuda.
Con el tiempo esa costumbre se fue desdibujando de nuestras grandes ciudades, alentada por el modelo occidental de consumo y el egoísmo de la ideología económica que supuestamente alienta el mérito individual en el que cada quien se ayuda a sí mismo como puede.
De la galaxia de lecciones que tenemos que aprender de nuestras comunidades originarias es volver a la costumbre de la solidaridad social que en las poblaciones pequeñas sigue manteniéndose intacta, preservada como muchos otros valores de generación en generación.
El gobernador Cuitláhuac García Jiménez nos convocó a las y los diputados a que nos sumemos a una causa que está muy por encima de la separación institucional de los Poderes públicos y que, sin duda, envía un mensaje muy alentador: las brigadas de “Tequio, pintando tu casa”.
Este domingo mi amigo el diputado Eric Domínguez Vázquez acompañó al Gobernador, ambos con brocha gorda en mano, a pintar fachadas de casas de la comunidad de El Tajín, cuyo solo nombre nos evoca a la enorme herencia veracruzana. Con ellos, servidores públicos del Gobierno del Estado y del Poder Legislativo, al lado de los propios habitantes de El Tajín dieron un nuevo rostro a las calles de esa congregación.
Se los digo por experiencia: la satisfacción de salir de la oficina para dedicar un sábado o un domingo a tomar una brocha gorda para pintar una escuela o pintar guarniciones acompañado de la gente y terminar echándose un refresco debajo de un árbol a la vista del trabajo terminado, es impagable.
Pronto le vamos a tomar la palabra al Gobernador para ir a Los Tuxtlas y enfrentarnos en un mano a mano con la brocha. Estoy seguro que más diputadas y diputados le van a agarrar gusto a la pintada.
Diputado local
Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.